viernes, 16 de septiembre de 2016

¿COMUNIDAD Y EXTRACTIVISMO? ... "IZQUIERDA DOGMATICA, ESTADOCENTRICA Y PRINCIPALMENTE MASCULINA"

GOBIERNO DEL MAS, MEDIADOR POLÍTICO DE LOS INTERESES DE LA OLIGARQUÍA TERRATENIENTE BOLIVIANA
Gobierno del MAS, mediador político de los intereses de la oligarquía terrateniente boliviana
En el último tiempo, el gobierno boliviano ha construido un discurso para encasillar, deslegitimar y acallar distintas voces críticas que denuncian el carácter anti-popular, anti-comunitario, depredador, extractivista y pro-capitalista de su proyecto político y económico. El argumento, bastante simplón, que la cúpula del MAS utiliza es el siguiente: para desarrollar el país, tenemos que hacer uso de todos los recursos naturales y humanos que estén disponibles, el no hacerlo sólo puede deberse a la mediación de un interés “imperialista” y colonial, el cual se interesa por mantenernos en el subdesarrollo extremo y así ese imperialismo poder beneficiarse de nuestra riqueza natural.

Es interesante ver como este argumento, obviamente más arreglado y rimbombante, se ha convertido en la bandera con la que una parte de la izquierda dogmática, estadocéntrica y principalmente masculina de Latinoamérica y el mundo ensalza al gobierno de Morales. Acusando a cualquier persona crítica de ser parte de una macabra maniobra de la derecha imperialista encubierta de “pachamamismo”. A raíz de esto, intelectuales como Atilio Borón, Ana Esther Ceceña, Emir Sader, y otros más lejanos como Žižek y compañía, se dan el lujo de acusar al pueblo boliviano que lucha por sus reivindicaciones o de ser de derecha, o de ser parte de una masa de personas sin criterio que le hacen el juego a la derecha, y ellos con sus mentes tan ilustres nos lo quieren hacer ver.

Parto de una idea muy básica, aunque creo que la mayoría estará de acuerdo conmigo: lo que se dice no necesariamente es lo que se hace. De ahí mi llamado de atención a realizar una simple separación entre lo que el gobierno dice que hace y lo que el gobierno hace. Y no es que el gobierno tenga un discurso ultra radical, sino que más bien éste se enmarca en lo que podemos entender como progresismo democrático y liberal. El problema es que ni siquiera es eso. Nuevamente, yendo a los hechos, podríamos decir que el gobierno del MAS está haciendo lo que el neoliberalismo no pudo en favor del capital transnacional, y lo hace a partir de la consolidación de un aparato institucional cada vez más autoritario y promoviendo la desarticulación inducida de los entramados comunitarios que existen en el país; todo esto bajo el manto del progreso económico que tuvo el gobierno gracias al incremento de los precios internacionales de las materias primas durante los últimos diez años (aunque ahora ese modelo empieza a entrar en crisis).

Existen varios hechos que demuestran el profundo carácter antipopular del gobierno del MAS: la alianza con las transnacionales, principalmente mineras e hidrocarburíferas; la promoción de los intereses de las nuevas élites, como la cooperativista o cocalera; el carácter represor contra los pueblos indígenas y campesinos; la inversión de la mayor parte del excedente económico cooptado por el gobierno en infraestructura y servicios para el gran capital nacional y transnacional; pero, quizá, uno de los temas que muestran con mayor nitidez lo que sucede en el país, es la alianza que el gobierno ha establecido con la más vieja, rancia y funesta de las clases dominantes: la oligarquía terrateniente. Este hecho no es menor, no es algo circunstancial, o un “mal necesario”, el solo hecho de que se dé, permite definir el carácter de clase de este gobierno.

La lucha comunitaria rural boliviana se ha caracterizado, a través de los casi dos siglos de historia republicana –e incluso desde antes–, por poner dos temas centrales como ejes de sus reivindicaciones históricas: tierra y autogobierno. Estas dos cuestiones –que podemos denominar como “territorio” en el lenguaje moderno, siempre y cuando no queden reducidos al restringido término de “territorio” concedido por el estado– han estado presentes de manera plural, diversa y cada vez actualizada en la gran mayoría de las luchas indígenas y campesinas, bajo diferentes nombres y con alcances distintos. La tierra, como base material en la que las comunidades son capaces de garantizar la reproducción de su vida y tejer, así, sus relaciones sociales en torno a las actividades productivas y reproductivas. El autogobierno, como la prerrogativa política de asumir decisión colectiva y compartida sobre lo que sucede en ese territorio, muchas veces contraviniendo la decisión vertical que emana del poder estatal y que favorece a los intereses del gran capital.
Estos horizontes de reivindicación fueron parte esencial de las luchas que colorearon Bolivia entre 2000 y 2005, para corroborar esto no se necesita más que volver la mirada a lo que fue la Agenda de Octubre resultado de la Guerra del Gas en 2003: tierra y autogobierno –con distintos nombres: Reforma Agraria, Autonomías Indígenas, Control Social, Soberanía, etc.– fueron el núcleo articulador de la lucha popular. Además, en ese momento se reconocía y se asumía como principal enemigo a la oligarquía terrateniente del oriente boliviano, la cual, al verse contenida por los potentes levantamientos, se tuvo que replegar y escudar tras el discurso autonomista regional –totalmente opuestas a las autonomías indígenas–. En ese proceso, esa élite se encargó de armar un aparato represor que persiguió, reprimió e incluso asesinó a mujeres y hombres trabajadores del campo y la ciudad en el oriente boliviano. Esa élite es ahora la aliada del gobierno. Basta con identificar en el oriente a algunos candidatos o autoridades oficiales que ahora visten con “orgullo” los colores del MAS y que años antes eran los que golpeaban y perseguían a campesinos e indígenas, portando esvásticas como símbolos y actuando desde el racismo más pueril.

Estos hechos, sin embargo, no son el meollo del asunto. Si bien es larga la lista de asuntos que nos demuestran esta alianza, desde los personajes de la oligarquía que ahora engrosan las filas del MAS [2], hasta los carismáticos y amigables discursos del presidente Morales en la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) donde llama hermanos a los que antes eran antagónicos a las luchas populares, pasando por los patéticos llamados del vicepresidente García a que los empresarios agroindustriales pidan las leyes que necesitan para que el estado se las elabore y garantice [3], o cuando demostró una gran alegría al recibir un premio de la CAO y de la Asociación de Predios Productivos Avasallados (ASPPA) por haber promovido la ley anti-avasallamiento de tierras que ahora dejará en la cárcel por más de ocho años a los campesinos e indígenas que luchen por recuperar sus tierras, todo para resguardar la propiedad latifundista [4]. Todos estos hechos son preocupantes, indignantes e inaceptables, pero el meollo del asunto es entender cómo, en términos generales, no ha sido esa oligarquía la que ha quedado subordinada a un “proceso de cambio” diseñado por el gobierno, sino que más bien el gobierno ha asumido los intereses de esa oligarquía y los ha puesto en práctica como política pública. En otras palabras, no es una alianza “estratégica”, los intereses de aquel grupo de poder se han convertido en buena medida en los intereses del gobierno de morales. Veamos en que consiste esto.
Primero, en la Bolivia actual existe un marco jurídico que por vez primera constitucionaliza el latifundio. El Art. 399 de la nueva Constitución Política del Estado Plurinacional reconoce que la propiedad del latifundio no será afectada si es que ésta ha sido adquirida con anterioridad a la vigencia de la nueva CPE, es decir, la mayor parte del latifundio del país. Este artículo, junto con muchos más, como la eliminación de la representación directa de autoridades indígenas originarias campesinas en el congreso, o la limitación del alcance de las autonomías, pueblos indígenas originarios campesinos, fueron modificados por la cúpula del MAS en negociación con la cúpula de la oposición parlamentaria encabezada por la oligarquía terrateniente. Recordemos que la Constitución Política del Estado vigente actualmente no es la constitución que resultó de la Asamblea Constituyente, que pese a sus limitaciones era un proyecto que recogía varias aspiraciones populares, entre ellas la Reforma Agraria y autonomías indígenas originarias campesinas mucho más profundas. Esa propuesta constitucional nunca llegó a referéndum porque, en 2009, el gobierno, echando por la borda años de lucha popular y en aras de consolidar su poder a partir de su articulación con las élites económicas, produjo una nueva constitución al margen de los sectores populares, y modificó más de cien artículos de la propuesta inicial, dejando de lado las principales aspiraciones que en ella se reflejaban, entre ellas las posibilidad de una Reforma Agraria real.

El argumento que el gobierno utilizó para disminuir la presión de esa demanda histórica por la Reforma Agraria, fue que se iniciaría una redistribución de tierras latifundistas a través de la figura del cumplimiento de la Función Económica y Social (FES) de la tierra. Si el gran latifundio demostraba ser productivo, entonces no sería intervenido y se respetaría la propiedad de cientos de miles de hectáreas en manos de muy pocas familias, pero si no se demostraba esto, entonces las tierras serían revertidas al estado y redistribuidas entre comunidades indígenas, originarias o campesinas. Paralelamente a esto se propuso acelerar el proceso de saneamiento de las TCOs (denominados ahora como Territorio Indígena Originario Campesino-TIOC) y en general de toda propiedad agraria, incluyendo las tierras fiscales; proceso que se había iniciado en la época neoliberal pero que había avanzado a un ritmo muy lento. Efectivamente, para el año 2009 el proceso de saneamiento avanzó de manera significativa, principalmente en lo que corresponde a las TCOs, las cuales también se beneficiaron de una gran cantidad de tierras fiscales redistribuidas. Sin embargo, la gran propiedad terrateniente prácticamente no fue tocada. Al margen del caso de Pando –en el que los terratenientes tenían en su mayoría concesiones y no derechos propietarios–, de las 45 millones de hectáreas consideradas mediana y gran propiedad (casi la mitad del territorio nacional), sólo fueron saneadas 2 millones de hectáreas. En buena medida esto se debe a que el gobierno ha venido postergando la entrada en vigencia de la FES desde el inicio de su primera gestión –y lo continúa haciendo– [5]. Por este motivo es que se puede afirmar categóricamente que la estructura de la tenencia de la tierra, aquella que favorece a los grandes terratenientes, está incólume en Bolivia.
El haber postergado y marginado este horizonte reivindicativo rural, no pudo, sin embargo, pasar como un hecho irrelevante, ya que siempre fue uno de los puntos centrales de la agenda de lucha popular. Para desviar la presión de las bases, lo que el gobierno ha hecho es elaborar una nueva narrativa que esconde el gran problema del latifundio, incluso llegando a afirmar que éste ha desaparecido del país y que esas tierras se encuentran en manos de las comunidades [6]. Pero para esconder este problema ha tenido que generar un nuevo “enemigo”, y este enemigo han resultado ser las TIOCs. Entonces, la estrategia ha sido dejar de hablar de las millones de hectáreas que están en pocas manos privadas, para polemizar en torno a las comunidades que habitan en las TIOCs y que disponen de amplios territorios comunitarios. Poco a poco esto ha debilitado las alianzas que otrora habían establecido organizaciones indígenas, originarias y campesinas, e incluso las ha llevado a enfrentarse entre sí –Indígenas vs. Campesinos–. Resulta, entonces, que en este país los nuevos latifundistas son las comunidades indígenas que habitan sus territorios históricos, mientras que los grandes latifundistas –los reales, aquellos que controlan casi la mitad del territorio del país y que son engranajes del gran capital global– no existen, o si existen se los denomina como la “moderna y pujante agroindustria nacional”, dejando de lado su impronta terrateniente.
Ahora bien, el apoyo a esa oligarquía ha venido acompañado de toda una serie de medidas políticas de cuidado y potenciamiento de este sector. Por ejemplo, para 2006 –primer año de gobierno del MAS– la producción de soya transgénica correspondía a poco más del 20% del total de la soya producida, para el año 2012 la soya transgénica representó el 98% de la producción según datos de la propia Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas (ANAPO) [7]. Sobre este tema el gobierno se ha manifestado afirmando que la biotecnología – ya que no usan el concepto de “transgénico”– es útil para incrementar la productividad y que su uso debe ser ampliado a otros sectores agrarios. Otro gran apoyo del gobierno a este sector ha sido el denominado “perdonazo agrícola”, que no fue otra cosa que una ley (N° 337) para la legalización de desmontes ilegales. Entre el periodo 1996-2011, fueron deforestados de manera ilegal 5,5 millones de hectáreas, pero con el pago de una multa irrisoria esos desmontes, con costos sociales y naturales escandalosos, fueron legalizados, y, además, se convirtieron automáticamente en tierras con Función Económica y Social, es decir con garantías para la propiedad privada latifundista.
En abril de este año se llevó a cabo la “Cumbre agropecuaria: sembrando Bolivia”, donde participaron el gobierno, las organizaciones de la oligarquía terrateniente y dirigencias de las organizaciones indígenas y campesinas afines al gobierno. Más allá de todo el acto performativo y de los elocuentes discursos del presidente, vicepresidente, dirigentes campesinos y empresarios, lo cierto es que esta Cumbre puede considerarse como la consolidación de la fusión de los intereses de aquella oligarquía terrateniente con los del gobierno, basta con mirar los puntos más álgidos de las conclusiones para corroborar esto: aun mayor ampliación del plazo de verificación de la FES, entrega de títulos saneados a latifundios, ampliación de la frontera agrícola para la producción agroexportadora –que nada tiene que ver con la seguridad alimentaria–, etc. [8]
El Estado “Plurinacional” de Bolivia se está consolidando a partir de estas alianzas de clase, la participación dirigente de la oligarquía terrateniente al interior de la estructura estatal no es un hecho circunstancial, todo lo contrario, es consustancial a este estado y a su forma de dominación. Y lo que se tiene que tomar muy en cuenta es que si bien este proceso lo viene impulsando el MAS –y así lo intentará seguir haciendo hasta el 2025–, la fuerza de la oligarquía terrateniente al interior del estado boliviano trasciende al propio MAS y será una marca de la dominación a futuro, hasta que la luchas populares nuevamente pongan en cuestión a esta élite. Para que esto suceda también será importante que las bases, principalmente de las organizaciones campesinas, retomen el control de sus organizaciones, las cuales ahora se encuentran en manos de unas dirigencias subordinadas a la estructura partidaria del MAS.

Decir que el MAS es de derecha no es un eufemismo. En Bolivia históricamente entendemos por derecha la acción de ciertas clases dirigentes, entre ellas la terrateniente que siempre ha actuado en detrimento de los intereses populares. En este momento, como vimos, el gobierno de Morales es el mediador político de los intereses de esta oligarquía, por tanto es un gobierno de derecha. 
Si analizamos las relaciones que el gobierno ha establecido con el capital transnacional en el sector de la minería e hidrocarburos, y con las nuevas élites emergentes, no haremos más que confirmar esta aseveración.
Es hora de que el pueblo boliviano empiece a hacer lo que sabe hacer cuando la derecha está allá arriba.


[7] ANAPO 2013 Anuario Estadístico 2012 (Santa Cruz: ANAPO)

Huáscar Salazar Lohman (1983). Economista boliviano, vivió seis años en México donde realizó sus estudios de posgrado. Su más reciente publicación: “Se han adueñado del proceso de lucha” Horizontes comunitario-populares en tensión y la reconstitución de la dominación en la Bolivia del MAS (2015). Es miembro de la Sociedad Comunitaria de Estudios Estratégicos.

uente: Rebelión/ SENA, Servicio de Noticias Ambientales

PUENTES E INFRAESTRUCTURA, ASESINATO DE UN PUEBLO: "OBRA DE LOS SIERVOS PARA SATISFACER EL CAPRICHO DE AMOS..."

La crisis en Rurrenabaque, una pesadilla China
La construcción del puente y el contraste de Rurrenabaque.
X Mónica Oblitas Zamora y Rafael Sagárnaga/OH Los Tiempos/Enviado x Leny Olivera

ERA UNO DE LOS PUEBLOS MÁS ATRACTIVOS PARA EL TURISMO EN BOLIVIA. HOY, ESTÁ EN GRAVE RIESGO DE PERDER SU IDENTIDAD Y SU PRINCIPAL INGRESO.

En Rurrenabaque, tradicionalmente conocida como la “capital de la felicidad”, la “perla amazónica” o “la puerta de la Amazonía”  hoy reina el desasosiego. Un proyecto comunitario trabajado durante 30 años parece desmoronarse abruptamente, víctima de fuerzas externas y justo cuando parecía consolidado.  
No es necesario remontarse hasta hace mucho tiempo para notar el cambio. En realidad, hasta fines de 2014, las calles de Rurrenabaque aún estaban repletas de turistas, la mayoría jóvenes, que llegaban para conocer los célebres encantos de la zona.
El turismo israelita ocupaba el primer lugar en la lista, aunque cada vez llegaban más europeos.  Chilenos, argentinos, brasileños, peruanos, estadounidenses..., en los locales de Rurrenabaque, se escuchaban los más diferentes acentos. 
Con su naturaleza embriagante, Rurrenabaque invitaba a quedarse. Está en el centro de una zona exclusiva a nivel mundial porque, al ser el principio de la Amazonía y el fin de las estribaciones andinas, suma un sinfín de paisajes, flora y fauna. De hecho el entorno (áreas de Madidi y Pampas) es considerado la séptima región de mayor biodiversidad en el mundo. Incluso recientes estudios de la Wildlife Conservation Society (WCS) prevén situarlo aún más alto.

Por ello, pese a las crónicas dificultades de transporte, el esfuerzo para llegar valía la pena. Y sobre todo porque Rurrenabaque, durante tres décadas, desarrolló infraestructura y servicios turísticos en una apuesta social singular para Bolivia. Enclavada en el borde de la frontera entre Beni y La Paz, abrazada por las Serranías del Bala y el río Beni, se brindaba a los visitantes con una surtida oferta de atractivos. Hasta 2014, entre discotecas, bares, restaurantes, albergues exóticos, circuitos turísticos de jungla,  navegación, y actividades al aire libre, los turistas estaban en su salsa y los empresarios también.
Pero hoy, todo ha cambiado. Es la noche del viernes 15 de julio, en años pasados, a esta misma hora, las calles rebalsaban de jóvenes bailando y cantando, entrando y saliendo de restaurantes y discotecas. Ahora no hay más que un par de perros callejeros en la plaza y varias calles del entorno se hallan en penumbra. Los restaurantes están cerrados, las discotecas, las que quedan, se muestran vacías. Los contados visitantes que llegan son aquellos que trabajan en alguna de las obras, la mayoría españoles, porque los chinos no se juntan con los locales. O, por lo menos, no lo hacen para consumir ningún producto turístico.
Julio era una de las épocas altas. “A la hora del desayuno, todos los días tenía varios turistas sentados en la acera, esperaban que se vaciaran mesas para ingresar –dice el empresario Carlos Espinoza-. Ahora a lo mucho se llena la mitad de la cafetería, estimo que mi negocio cayó un 80 por ciento”. Espinoza vive hace 21 años en Rurrenabaque. Ha sido parte de diversos proyectos turísticos y ecológicos y no recuerda un bajón similar.

Luis (*), un indígena mosetén que trabaja en uno de los albergues comunitarios, confió también sus preocupaciones a OH! mientras mostraba el emprendimiento a orillas del río. “Antes salíamos con un bote lleno de turistas que se iban por la mañana a tomar su avión, y ya por la tarde volvíamos con otro bote completo de turistas –explica Luis-. Ahora a lo mucho llegan dos o tres extranjeros por día, a veces sólo uno”.
Los testimonios se multiplican. Una funcionaria hotelera cuenta que en su trabajo realizaron mejoras para recibir turistas, pero debieron resignarse a aceptar a un particular tipo de parejas. “Son trabajadores chinos que llegan acompañados de jovencitas, por lo general de rasgos aimaras –detalla-. Traen chicas muy jóvenes. Pagan la pieza por un día, pero la ocupan sólo por unas horas”.   
La crisis de los porteños (así se les llama a los nacidos en Rurrenabaque) es patente y ya ha sido cuantificada por las autoridades de Gobierno. El viceministro de Turismo, Joaquín Rodas, explicó a OH! que se ha calculado una caída de 60 mil a 35 mil visitantes anuales, es decir casi 42 por ciento, casi la mitad. Sin embargo, los empresarios de la zona consideran que la baja es mucho mayor y que el sistema de cálculo de ocupación es precario porque hasta ahora no hay un registro digitalizado de los huéspedes. Incluso temen un virtual fin del turismo en los próximos años.

El abogado Daniel Manzaneda, quien también ha incursionado en actividades turísticas, explica que sólo en la calle donde vive han cerrado cuatro restaurantes. “Estoy decepcionado, ‘Rurre’ está dejando de ser turístico por la concentración de empresas y va a ser peor –lamenta el jurista-. Yo quería trabajar con el Medio Ambiente, vivir  con mi familia. Ahora ya no me gusta la idea de que mi hija crezca acá”.
Los porteños advierten el factor que agravará fatalmente su crisis. La confluencia de tres obras de infraestructura, ejecutadas por empresas chinas, presuntamente sin mayores precauciones ambientales: el puente que unirá Rurrenabaque con su vecina San Buenaventura, la carretera a Ixiamas y un complejo agroindustrial azucarero.
En ese escenario destacan la polémica construcción del puente. Este atravesará el pueblo a escasos 400 metros de la plaza principal y afectará directamente a decenas de negocios turísticos. Se estima que permitirá un flujo de 1.500 camiones de alto tonelaje por día.
La preservación ecológica empezó ya a resentirse. Los trabajos de las obras han coincidido, por ejemplo, con un alarmante resurgimiento del tráfico de especies, sobre todo de jaguares. Desde 2014, la Dirección General de Biodiversidad ha registrado el decomiso de 800 colmillos del gran felino amazónico. La mayoría de los casos se produjeron en esta zona y fueron protagonizados por súbditos chinos. Rurrenabaque, durante tres décadas, desarrolló campañas de preservación intensivas que redujeron radicalmente la caza furtiva, pero repentinamente el delito se disparó.

La baja actual también es atribuida a decisiones gubernamentales. Pesa, por ejemplo, la imposición de visas a ciudadanos israelitas. Eran uno de los grupos principales y desde la medida virtualmente desaparecieron. El viceministro Rodas señala que también afecta la crisis económica internacional que castiga a países como Argentina y Brasil. Igualmente recuerda las precarias condiciones en las que funciona el aeropuerto de la población. “Estamos desarrollando una campaña intensa para relanzar este destino, ícono amazónico, con fuerza estatal”, afirma esperanzado. Quiere que el turismo interno compense las bajas.
Pero, por si faltara más, frente al esfuerzo del Viceministerio ha surgido otra decisión gubernamental que expertos en turismo y los propios porteños consideran fatal: el presidente Evo Morales anunció el 13 de julio la realización del estudio a diseño final de la represa hidroeléctrica de El Bala, ubicada a 16 kilómetros aguas arriba de Rurrenabaque.       

“Es la venganza de Evo”, dicen algunos vecinos que, como en una pesadilla, observan resignados el incesante trabajo de las empresas chinas. Recuerdan cuando se opusieron a la construcción del lugar donde se construyen el camino y del puente. Recuerdan cuando el ministro Juan Ramón Quintana llegó a la zona para imponer la voluntad del Gobierno. Consideran que fue la sentencia de muerte para el Rurrenabaque turístico. Y comenzó a nacer el pueblo de ahora, cada vez más parecido a un sitio de paso. De aquellos donde los camioneros comen, usan el baño, y se marchan.
(*) Su nombre fue cambiado.

Eufa Ojopi lucha por su casa.
EUFA Y EL FIN DE UN SUEÑO
Eufagne Ojopi, nacida y criada en Rurrenabaque, tiene una casa que parece inspirada en el Tibet. Sus techos altos, sus pisos y paredes, todos los detalles que ella ha puesto, casi sin ayuda, convirtiendo su hogar en un remanso, hacen de la casa un lugar muy especial conocido por los vecinos de Rurrenabaque como el sitio perfecto entre el monte y el pueblo: ni tan lejos ni tan cerca.

La mujer, a la que todos conocen como Eufa, que bordea los 55 y un poco más, de pelo largo y cano, delgada, de paso ágil y voz dulce, ha plantado además varios árboles de frutos típicos para que cuando estos caigan, alimenten a los animales silvestres que hay en la zona. Su jardín amazónico goza hasta de un mítico árbol del pan. Ha rodeado su hogar de armonía, y no falta la limonada para recibir a las visitas que eso sí, deben quitarse los zapatos para mantener impecable el lugar.
Pero ahora, cuando se llega a su casa, un letrero recibe a los visitantes con una advertencia: “El asesinato de este pueblo es obra de los siervos para satisfacer el capricho de sus amos y yo no me rendiré ante ellos.”  
Justo al lado de su puerta, a unos pocos pasos, se ve el trazo que ha realizado un tractor para abrir el camino que llegará al puente. Hay tierra arrojada sobre sus cultivos. Una zanja profunda ha destrozado la senda que llegaba a su casa. Y los constructores de la polémica vía que no ha sido consensuada y que pasa por encima hasta de la física (la zona ha sido catalogada como geológicamente inestable), han decidido poner un baño para uso de los trabajadores bolivianos y chinos que están en la zona.
Eufa cuenta que ella ha ido varias veces a reclamar por los atropellos a su propiedad, pero no ha sido escuchada. Dice que les pidió la autorización desde el mes de abril de 2015 a todos los ingenieros y trabajadores que han avasallado su casa, pero no se la mostraron. Y que no es solamente ella la que está perjudicada, pero que los demás vecinos tienen miedo de reclamar a la gente de Sinopec.
La mujer ha hablado en varias ocasiones con el gerente general a cargo de la obra, Walter Torres, reclamando la autorización y que éste le había dicho que no la tenía pero que en cuanto Rurrenabaque cambiase de alcalde, lograría la autorización municipal.

Dicho y hecho, al día siguiente de que el oficialista Cleto Dávalos asumió como alcalde, Torres apareció con la autorización de estudio de obra, aunque no de ejecución. Hasta ahora la obra no tiene todas las  autorizaciones correspondientes.   
Dice que no han sido pocas las veces que se ha enfrentado, sola, a los ingenieros bolivianos maleducados y a los trabajadores chinos que poco la entienden, pero que en su escaso español la llaman “la pesadilla de cabeza blanca”. Habla siempre conservando la dulzura en su voz y sus buenas maneras. Recuerda que de joven salió de Rurrenabaque y vivió por Canadá y Europa. Pero cuando le tocó definir cuál era el mejor lugar para vivir, eligió a su tierra y volvió decidida a erigir la casa de sus sueños.
“Por lo menos quiero que me paguen lo que vale mi terreno, mi casa, porque mi vida no tiene precio y tengo que empezar de nuevo, cuando pensé que ya había encontrado el sitio donde quiero envejecer”, nos cuenta con la voz quebrada. Pero ni eso le han ofrecido de forma justa. “Quieren pagarme el valor catastral de la parte afectada, que son como 53 metros sobre los que ya se construye, aunque toda la propiedad se verá afectada, pero no quiero, quiero que me paguen el valor comercial. Quieren pagarme 10 dólares por metro cuadrado y se niegan a negociar conmigo, eso es una imposición. Estoy dispuesta a negociar porque no me queda otra, pero que me paguen lo justo. ¿Cómo van a ponerle precio a mi tranquilidad? Es el cambio de un paraíso natural a un infierno artificial”, murmura dolida. “Es un asesinato, no hay otra forma de llamarlo. ¿Qué derecho tienen de matar la identidad de un pueblo?”

“La crisis de los porteños (así se les llama a los nacidos en Rurrenabaque) es patente y ya ha sido cuantificada por las autoridades de Gobierno”

LAS OBRAS
El puente
En la zona de Rurrenabaque y San Buenaventura, se están construyendo obras millonarias, la mayoría cuestionadas, y casi todas ejecutadas por empresas chinas, tal el caso del puente en Rurrenabaque, que costará 16 millones de dólares, y está a cargo de la empresa Sinopec, bajo vigilancia de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC).
El puente tendrá una longitud de 374 metros. El Estado financia el 100% de la obra mediante los recursos obtenidos por el Gobierno con una parte de la emisión de los "Bonos Soberanos”. Cabe destacar que la especialidad de Sinopec, es el campo petrolífero. La obra debió ser entregada el año pasado, en septiembre, pero buena parte de la población no estuvo, ni está, de acuerdo con el lugar por donde se está construyendo, que tajea a Rurrenabaque y lo convierte en un pueblo de paso para camiones de alto tonelaje.
Aunque la Constitución Política del Estado, la Ley de Autonomías y la Ley de Municipalidades, otorgan a los Gobiernos Municipales del país, la facultad de determinar el uso de suelos y de las vías urbanas correspondientes a su juridiscción, así como la reglamentación del tráfico urbano, en el caso del puente, (que nadie quiere bautizar), la ABC no ha respetado ninguna de estas atribuciones al Gobierno Municipal de Rurrenabaque ni tampoco las normas internacionales referidas a la construcción de carreteras para el transporte pesado. De acuerdo al Viceministerio de Transportes,  la normativa de diseño internacional obliga a que estas obras de altas prestaciones, donde hay circulación de grandes flujos vehiculares, necesariamente salgan de la mancha urbana. 
Se teme que la construcción del puente tenga efectos adversos (derrumbes y deslizamientos) sobre las serranías  afectando en cantidad y calidad a las reservas de agua que abastecen a la población.  Además está el impacto a centros educativos de Rurrenabaque, espacios patrimoniales y establecimientos de salud; el deterioro de la calidad de vida de la población; la vulneración del derecho y obligación constitucional del municipio de organizar y planificar sus zonas urbanas de forma autónoma, y mayores riesgos de inundaciones. Hoy ya es posible ver las plataformas sobre las que se asentará la obra. Pese al notorio avance, los vecinos confiaron a OH! que aún tienen la esperanza de que el Gobierno los escuche y construya el puente más abajo, para que el pueblo no se vea afectado. 


El ingenio
En esta zona el Gobierno ha planificado un “polo de desarrollo”,  a partir de inversiones en carreteras, industria, como el ingenio azucarero, y en una política de distribución de tierras a campesinos y colonizadores provenientes de tierras altas. Además de las actividades hidrocarburíferas. 
Cruzando de Rurrenabaque a San Buenaventura en bote y luego viajando durante 45 minutos en taxi, se llega al ingenio de San Buenaventura. Parece una obra copiada de alguna película ufológica: torres de decenas de metros de alto, plataformas, galpones para oficinas y cuarteles separados para los trabajadores bolivianos y para los trabajadores chinos, llaman especialmente la atención, como también llama la atención que pese a que el ingeniero que nos atiende repita una y otra vez que el lugar es una “obra abierta para que la visiten todos los bolivianos”, no nos dejen ir más allá de la entrada, previa fotografía de nuestras credenciales. (“El ingeniero no está, necesitamos pedir permiso, etc”.)
Sin embargo, no deja de sorprender que la factoría, tal cual adelantaron sus críticos antes de que se la erija, carezca de materia prima. Tanto así que el mismo presidente Morales ha reconocido que no existe caña suficiente para que el ingenio, de 265 millones de dólares y a cargo de la empresa china CAMC, funcione de forma óptima.

El aeropuerto
La obra que sí se reclama desde hace décadas en Rurrenabaque tampoco avanza como se esperaba. El nuevo aeropuerto tenía que haber sido entregado el año pasado, en octubre, pero todavía  se debe aguardar la indulgencia de las nubes para poder llegar y salir del pueblo. La única pista asfaltada que tiene es muy corta y está llena de baches. No pueden llegar al aeropuerto más que los aviones Fairchild Metro 23 de Amaszonas, para 18 pasajeros. No hay planes para adquirir el radar que permitiría un acceso diario y seguro frente a las frecuentes nubes bajas.
El Banco Mundial aprobó un crédito en 2011, de 109,5 millones de dólares para “lograr mejoras sustanciales en la carretera entre san Buenaventura e Ixiamas y para el aeropuerto de Rurrenabaque”. El crédito incluía la construcción de una nueva terminal aérea, torre de control, un edificio para operaciones, rescate, una vía de acceso, y equipamiento contra el fuego. El costo total de estas obras para el aeropuerto iba a ser de 6 millones de dólares. Y tenía que ser implementado por la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxliares a la Navegación Aérea (AASANA).
Sin embargo, a la fecha, la Gobernación ha destinado 6 millones de bolivianos para rellenar los huecos de la pista existente y la otra “sigue en construcción”. Un conflicto de expropiación de tierras, ya resuelto, detuvo en su momento las obras, sin embargo, transcurrido casi un año el dinero destinado para la mejora sustancial del aeropuerto, aún no se desembolsa. El informe del Banco Mundial señala la situación como “altamente insatisfactoria”.
Se han hecho peticiones de informe de ésta y otras obras por parte del senador Yerko Núñez y organizaciones como el Foro Boliviano de Medio Ambiente ante la Gobernación, el Banco Mundial, y la ABC, que debían responder por el uso del crédito, pero no hay resultados.

"En la zona de Rurrenabaque y San Buenaventura, se están construyendo obras millonarias, la mayoría cuestionadas, y casi todas ejecutadas por empresas chinas"

"La crisis de los porteños (así se les llama a los nacidos en Rurrenabaque) es patente y ya ha sido cuantificada por las autoridades de Gobierno"

Fuente: OH, Los Tiempos


TRATA DE PERSONAS EN PLENO LA PAZ, CLUB NOCTURNO KATANAS

Bolivia El club nocturno Katanas, con precintos de clausura en una anterior oportunidad. Foto Redes Sociales
Clausuran de forma definitiva el club Katanas
X Radio Fides/ LA PAZ/Fides
En conferencia de prensa el Sub-Alcalde del Macro Distrito Centro de La Paz, Fernando Valencia, informó que se negó la renovación de licencia al club nocturno Katanas, por lo que corresponde su clausura definitiva.
“Hemos procedido a notificar ahora con la resolución que define rechazar la solicitud de renovación de licencia e inmediatamente después de esto se procederá a la emisión de la resolución administrativa de clausura definitiva”, indicó Valencia a los medios de comunicación en las puertas del local clausurado
De la misma manera el Secretario Municipal de Seguridad Ciudadana, José Luis Ramallo, informó que el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, tomará las previsiones necesarias para evitar el funcionamiento de ese local.
Ramallo indicó que se coordinará con la Policía para evitar que los precintos de clausura sean violados y el local funcione de forma clandestina como ocurrió en otras oportunidades.
Respecto a la negativa de renovación a la licencia de funcionamiento, Valencia señaló que de acuerdo a los documentos presentados sobre el derecho de propiedad seria el dueño quien no autoriza el funcionamiento de ese local en su propiedad.
 
Gustavo Fernández y Marco Cámara, administrador y propietario del club Katanas, fueron aprehendidos este jueves 15 de septiembre, fotos Apg
Fiscalía aprehende al dueño de Katanas y la Alcaldía decide clausurar el local
La Razón Digital / Rubén Ariñez / La Paz
La denuncia fue interpuesta por la hija del propietario, Nohemy, quien acusó a su padre de “violar a muchas mujeres” que trabajan en el local. Además, había cuestionado la participación de algunos funcionarios ediles (sin identificarlos) que propiciaron su funcionamiento ilegal.

La Fiscalía aprehendió este jueves al propietario del club nocturno paceño Katanas, Marco Cámara, y del administrador del local, Gustavo Fernández, acusados por trata y tráfico de mujeres. Paralelamente, la Alcaldía de La Paz denegó la renovación de la licencia de funcionamiento de este centro y anunció que alista su clausura.
“La fiscal del caso ha ordenado la aprehensión de estas dos personas, de Cámara y Fernández, y se va a proceder a las imputaciones correspondientes por el delito de trata y tráfico de personas”, anunció este jueves el fiscal General, Ramiro Guerrero.
Cámara debía declarar el miércoles por este caso, pero un desmayo provocó la cancelación de la audiencia. Guerrero explicó que las primeras indagaciones establecieron indicios de trata y tráfico de mujeres provenientes de Paraguay, Venezuela y Brasil. “Hay varios elementos que se han ido colectando. Desde migración, las salidas permanentes a otros países, desde algunos testimonios, documentación, se han hecho algunos allanamientos”, explicó.

Por ello, y paralelamente a la decisión de la Fiscalía, la Alcaldía de La Paz invalidó la licencia de funcionamiento y convocó a la hija de Cámara para que se apersone al despacho de Transparencia del gobierno edil para abrir un proceso.
“El Gobierno Municipal está emitiendo en el día la resolución de rechazo de la licencia de funcionamiento, consiguientemente se van a activar todos los mecanismos administrativos operativos para garantizar la clausura de este local”, indicó el director jurídico edil, Fernando Velásquez.

El miércoles, el Ministerio de Trabajo desveló que Katanas no tiene registro de trabajadores actualizado y que el último, que data de 2011, no consigna a “bailarinas”.
“En este último reporte figuran 27 trabajadores, la mayoría garzones, y el resto forma el plantel administrativo. En esos papeles no hay registro de 'bailarinas' sobre el pago de sueldos, aguinaldos ni otros beneficios sociales”, reseña una nota institucional.

El fiscal Guerrero pidió a las víctimas que se sumen a la denuncia en este caso por la gravedad de los hechos. “Pedimos el apoyo. Desde la Fiscalía vamos a brindar todas las garantías, la protección para la gente que quiera denunciar este hecho”, señaló. 

Fuente: La Razón (15/09/2016) 
Funcionarios de la Alcaldía clausuran el club nocturno Katanas APG

Detienen al dueño de club nocturno boliviano acusado de trata de mujeres
X  MARTIN ALIPAZ EFE/ El Nuevo Herald LA PAZ
Guardias municipales, resguardan el club nocturno boliviano Katanas, cuyo propietario, Marco Cámara, fue detenido este jueves 15 de septiembre de 2016, por orden de una fiscal tras ser acusado formalmente por su propia hija de trata y tráfico de mujeres traídas desde Brasil, Colombia, Cuba, Paraguay y Venezuela.
El propietario del club nocturno boliviano Katanas, Marco Cámara, fue detenido este jueves por orden de una fiscal tras ser acusado formalmente por su propia hija de trata y tráfico de mujeres traídas desde Brasil, Colombia, Cuba, Paraguay y Venezuela.

El fiscal general del Estado, Ramiro Guerrero, dijo en un comunicado que, además de Cámara, también fue detenido el administrador del local nocturno paceño, Gustavo Fernández.
“La fiscal del caso ha ordenado la aprehensión de las dos personas, de Cámara y Fernández, y se va a proceder a las imputaciones correspondientes por el delito de trata y tráfico de personas”, señaló Guerrero.

La hija de Marco Cámara, Noemí, denunció que su padre y Fernández traen a Bolivia mujeres de varios países con el engaño de convertirlas en modelos o darles trabajos legales, pero cuando están en La Paz o Santa Cruz (este) son trasladas a centros nocturnos.
A las mujeres les quitan sus documentos y las obligan a prestar servicios sexuales bajo amenazas, agregó la denunciante, que también acusó a su padre de “violar a muchas mujeres”.
El fiscal general ofreció protección a las mujeres explotadas en el Katanas para que hagan las denuncias correspondientes.
Guerrero señaló que existen testimonios, documentación y allanamientos que sustentan las imputaciones contra el dueño y el administrador del local nocturno, ubicado en el centro de La Paz.
La alcaldía paceña también anunció hoy que ha negado la renovación de la licencia del Katanas y anunció la clausura del mismo debido a que Noemí Cámara asegura tener documentos de propiedad sobre el mismo y rechaza las actividades de su padre.

Fuente: El Nuevo Herald
TRATA DE PERSONAS